Nos dimos cita a la memorable ocasión del show The Offspring en el Pepsi Center WTC de la CDMX; uno de los más esperados del año con un rotundo soldout sin contar las docenas de revendedores.
No llegamos tan temprano; pasada las 19:30 horas pasé por la puerta de prensa y mi primo, el Beto, compró su boleto apenas unos 40 minutos antes cuyo vendedor (no revendedor) contactamos por facebook, al cual, con mucha expectativa y casi a ciegas topamos afuera de la estación del metro Nativitas.
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Ya habíamos anunciado que la banda Chingadazo de Kung Fu, serían los teloneros y así pasó. Alrededor de las 19:45 comenzó su tocada con gran expectación por parte del público; con una advertencia de parte del vocalista Marino Pérez: «Hey, hey, hey, Somos Chingadazo de Kung Fu, la banda más culera que van a escuchar hoy». ¡Y así fue! Como buenos profetas, se cumplió totalmente lo predicho. Después de escuchar una decena de veces que eran Chingadazo de Kung Fu, el tormento terminó con una audiencia, en su mayoría; rebasando el tercer piso de edad, un tanto cuanto fastidiada. ¡Nada personal CHDKF!
Minutos después, mientras disfrutamos de unas chelas, en la parte trasera de la consola de audio, comenzó a atascarse el local, fuimos a tirar el agua y cambiamos de ubicación introduciéndonos en la selva de gente por la lateral derecha y avanzamos un poco, a la vez que al Beto, se le ocurrió comprar otra cerveza pero, los vendedores ya no llegaban hasta ese punto. Así que mi primo se puso a nadar en el mar de gente, con una idea en mente, comprar otra bebida embriagante; por cierto, baratísima, sólo $140,00, el vasito (Sarcásmo).
En menos de un minuto después de ese suceso, apagaron las luces y de inmediato se encendieron los gritos de euforia y algo paso en frente; el publico se recorrió hacia adelante como si hubiesen desbloqueado una sección, total que el Beto "murió" entre la gente y no supe más de él.
Con miles de personas al rededor y con gran emoción y expectativa tras veinte años de espera la banda salió al escenario cerca de las 20:30 de la noche aproximadamente. Con un breve preludio de mariachi sonó el bombo de Pete Parada en compañía de un guitarrista ritmico de acompañamiento y Todd Morse (suplente de Greg K), para super calentar el escenario y esperar la aparición de Noodles con un publico coreando, aplaudiendo y con celulares en mano en espera de Dexter quien al aparecer en escena, saluda con su brazo derecho mientras llega al micrófono y canta lo que todos los fans ya esperaban: «Well i'd like to tell you all about my dream, it's a place» dando pie a Americana, desatándose la locura entre los asistentes con lluvia de cerveza por doquier. Hasta creo que me tocó un baño de miados porque hasta se sintió calientito mientras se armó el slam desde el meritito comienzo, todos hyper emocionados, gritando «Well my dream has come true». Y se puso peor con: All I Want donde el slam fue inevitable y no importaba si eras hombre o mujer, los trancazos y empujones nos tocaron a todos y una que otra chica recibió una dosis de violencia musical.
«Buenas noches ¿Cómo se la están pasando?» — preguntó Dexter Holland —, «es increíble, hace bastante tiempo que no veníamos aquí, esto es asombroso, ¿se acuerdan la vez que tocamos en 1999?», Mientras interactuaba con Noodles Wasserman, preguntó acerca de quienes habían estado presentes en esa fecha. Obviamente, había muchos fans desde aquella época que alzaron sus manos y que disfrutaron de la banda hace más de 20 años atrás.
La lluvia de cerveza seguía cayendo, cuando se escucharon los primeros acordes de Come Out And Play. Muchos gritamos a todo pulmón «Heeeey man you disrespecting me, take him out, you gotta keep 'em separated». La noche tomó su marcha mientras los fans mataban cucarachas con It Won't Get Better para dar pie a la super coreada Want You Bad, que ocasionó que la miel escurriera (junto a la cerveza), por todo el lugar.
También, tocaron Mota, Original Prankster, y se coreó mucho Staring At The Sun con muchos aplausos al ritmo de la rola. Al terminar Holland y Wasserman se enredaron en una charla sobre las bandas que les gustan: «¡AC/DC, por supuesto! — Exclamó Dexter; a su vez, Noodles, dirigiéndose al publico dijo —: «Esta es nuestra versión de Whole Lotta Rosie de AC/DC», tema que relajó a más de uno y seguro fueron al baño.
La única interacción con el público fue de Dexter y Noodles quién afirmó que el vocalista hablaba mejor español pues él, pues sólo sabía decir: «Me gusta la cerveza», entre otras cosas parecidas. Y se preguntaba si quizá podrían enseñarle algunas frases. A lo que Holland le pidió repetir: «¡Soy un chango!» y Wasserman, lo hizo con gusto, más de una vez.
Así es como comenzó el intro en una versión casi acapella de Bad Habit. Para entonces, ya estaba yo como a cinco metros del escenario, y se armó una sección de slam de mi lado derecho; un poco más organizada para "respetar" a quienes no querían entrarle a los trancazos. También se armó un mini slam con alguna chicas que ya no querían ser golpeadas por hombres sudorosos sin playera.
Gotta Get Away hizo su aparición y minutos después llegó el piano al escenario para interpretar Gone Away. Casi toda la canción fue con puro acompañamiento acústico hasta que llegó la repetición del coro por tercera vez y ahí entró toda la banda para darle un final digno a esta rolota, que por cierto, pocos corearon.
Repentinamente nos llenamos de pelototas inflables y una que otra pelotilla pequeña junto a rollos de papel para darle entrada a Why Don't You Get A Job?”, una pieza que nos relajó a todos mientras intentábamos darle algún puñetazo a las bolas y uno que otro buscaba retenerla y llevársela a su casa.
Cuando iniciaron a tocar (Can't Get My) Head Around You, fue cuando la adrenalina nos invadió a todos. En una aproximación a la locura total, el requintista Wasserman comenzó a decir que el público del Pepsi Center WTC que eran la audiencia más sexy de todas la historia de las audiencias, de hecho preguntó que como se traducía al español: «The sexiest», a lo que todos respondieron: «Sexy» Total que preguntó acerca de quíén se sentía sexy, no horny, sexy y muchos levantaron la mano. Entonces fue cuando se escuchó el redoble seguido del «Give it to me baby, aha, aha Give it to me baby... And all the girls say I'm pretty fly (for a white guy» con el conteo «1, 2, 3, 4, 5, 5, 6» que todos gritaron al unísono. Con Pretty Fly (For A White Guy), se desató el frenesí. ¡Uy! todavía recuerdo cuando la pasaban en Alfa radio a cada rato a finales de los años 90.
La locura siguió con The Kids Aren't Alright y nadie paró de saltar, berrear y gritar ensordecedoramente el coro, sobre todo: «Chances thrown, nothing's free, longing for what used to be. Still it's hard, hard to see; fragile lives, shattered dreams».
Ese parecía el final a su vez que Dexter y Noodles seguían sorprendidos por la entrega, mayormente de los fans mexicanos que no dejaban de ovacionarlos y tratar de llegar lo más cerca posible del escenario, incluyéndome. Segundos después de algunos: «¡Olé olé olé… The Offspring, The Offspring!»; apareció el encore que dio inicio con You’re Gonna Go Far Kid. Y como broche de oro, Noodles agradeció la gran noche y por ser un público asombroso; enfatizó: «¡Muchas gracias México City; viva México!». Y para reventar la noche, se escuchó: «La, la, la, la, la La, la, la, la, la» e interpretaron Self Esteem.
Todos felices, contentos algunos recibieron las plumillas (uñas) y las baquetas de Pete y muchos otros salieron medio borrachos del recinto porque se les bajó con tanto brinco o lo desperdiciaron lanzándoselo a otros.
También es importante decir que el sonido local fue magnifico y sobra mencionar que la banda toca fantástico y que Dexter aún alcanza las notas altas sin problemas. Aunque el show fue muy breve, pues terminó cerca de las 22:00 horas, bien pudieron haber tocado rolas épicas como Can't Repeat o Million Miles Away, pero nada es perfecto en ésta vida.
Y por cierto, sí encontré al Beto al final del show.
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