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Foto del escritorOliver Jam

Así se despidieron 'Los Creedence' de México.



El tiempo había sido contado minuciosamente desde el anuncio de Creedence Clearwater Revisited desde el 2019, concertando una cita con los fans mexicanos para ser testigos del adiós y participes del Final Tour. Con muchas expectativas, llegó el 27 de febrero de 2020 en el Palacio de los Deportes con una gran asistencia de todas las edades, pero con una mayoría cruzando el umbral de los 45 años para arriba.


El último capítulo de la banda en la Ciudad de México, inició a las 9:07 p.m. mientras Stu Cook y Doug “Cosmo” Clifford hicieron su aparición de manera muy sobria junto a Kurt Griffey, Steve "The Captain" Gunner y el cantante, Dan McGuinness con una playera de la selección mexicana. Mientras aún seguía escuchándose la música ambiental; comenzó Born On The Bayou, junto a un ligera ovación de parte de los asistentes.


«Muchas gracias ¡Aquí estamos!», — dijo Stu —, «Finalmente estamos en la Ciudad de México y tenemos mucha música para ustedes. estoy fue Born On The Bayou y hemos elegido tocar Green River, no podemos evitarlo».


Y así comenzaron los primeros acordes de Green River luego escuchamos Who'll Stop The Rain, una de las más "coreadas" de la noche, sí, entre comillas, porque sólo se escuchaba un susurro masivo mas que un apoyo poderoso de las voces de parte del publico, como suele ocurrir en otros shows.



Ahora fue el turno de McGuinness para dirigirse al público haciéndolo en español: «¿La están pasando bien?». — Preguntó y, añadió —. «Si bueno, gracias, lo siento, hablo español muy mal, no comprende gringo». Entre risas. «Estamos muy, muy felices de estar aquí. Vamos a divertirnos un poco esta noche. Esta noche». Anunciando, Hey Tonight.


Tras esta canción, Cook, presentó a la banda haciendo énfasis en Doug Clifford quién tras los aplausos de la audiencia, dejó por unos minutos la batería para acercarse al frente y decir: «¡Holaaa! ¡Wow! Muchas gracias, Es grandioso estar en la Ciudad de México; déjenme decirles, amamos la Ciudad de México. y más que la Ciudad, amamos a la gente de la Ciudad de México, gracias. Bueno es mucho 55 años o más que hemos estado juntos, Stu y yo nos conocimos cuando teníamos 15 años de edad». — Mientras que Cook respondíó —: «Esto salvó mi vida; con el paso de los años hemos mantenido una buena hermandad». Entonces, se abrazaron mutuamente entre aplausos.



Luego tocaron Long As I Can See The Light y I Put A Spell On You, pieza que le dio la oportunidad a la banda y sobre todo Kurt Griffey, el miembro más nuevo, para ofrecer una cátedra de blues a los presentes. Con todo, y pese algunos brotes de júbilo, el público no se calentó, el show era como una ceremonia solemne; pocos celulares, gente sentada y uno que otro rebelde fan en plena relajación alcohólica.


Por fin, llegó el momento para interpretar una de las mejores canciones de la noche, I Heard It Through The Grapevine, que duró cerca de diez minutos. Otra oportunidad dorada para la guitarra de Griffey y mostrar el músculo sobre el escenario con los apasionados riffs propios de la composición original.



La efusividad del momento salpicó a Down On The Corner y al terminar, la herencia musical country del grupo se hizo presente con Lookin’ Out My Back Door o Bad Moon Rising precedido por Midnight Special.


Otras de las rolas más "coreadas" entre comillas fue Proud Mary pese que Dan les gritaba que cantaran «¡Fuerte!», aunque no consiguió mucho. Así que con Fortunate Son, otro de los destellos efímeros del concierto. fue como cerraron lo que llamaríamos la primer parte del show. Por un momento, la energía setentera se hizo presente con la potente voz de McGuinness, junto con los abuelos del rock and roll,


Llegó el encore, apenas un par de minutos pasaron si acaso; no hubo tiempo para ir al baño. Casi al instante, Stu sacó una foto del recuerdo. Entonces fue cuando inició Molina seguido de Have you ever Seen the Rain? una de las piezas más esperadas de la noche, pero antes, el bajista, pidió la ayuda de la audiencia para cantarla, pero sólo consiguió un susurro colectivo. Recordé a aquél hombre discapacitado que cantaba en la línea 2 del metro de la CDMX, un señor de mediana edad que usaba codo muletas, que se desplazaba a través de los trenes, con problemas para hablar, pero siempre con sus audífonos puestos, cantando o gritando esa canción, con mucho corazón,a la vez que pedía una moneda.



Entonces, llegó el final del concierto de Creedence con Travelin’ Band, rolota que no consiguió hacer bailar a los asistentes en general. Así que clavaron la tocada con Up Around The Bend a las 10:25 p.m. en una despedida veloz donde, de nuevo, Dan McGuinness tomó la playera de la selección y todos los demás dijeron adiós con una reverencia en conjunto, agradeciendo el apoyo de los fans a lo largo de cinco décadas.


Con todo y la nostalgia del momento, nada que ver con aquél memorable espectáculo del 9 de febrero de 1999 en el Teatro Metropólitan cuando la gente estaba alucinada por ver a Creedence Clearwater Revisited en vivo por primera vez; pese a la ausencia de John Fogerty y la versión "Revival".


Esta ocasión vimos y escuchamos a excelentes músicos. Un sonido bastante suave con volumen moderado, fueron la tendencia durante 1 hora 27 minutos que duró el show. Faltaron temas clásicos como: Keep On Chooglin, Cotton Fields, Graveyard Train, Bootleg o Suzie Q.


Con un público que más que cantar, bailar o gritar. básicamente, fue a escuchar y ser parte de la última tocada de la banda en una versión de Creedence bastante agotada; pese a sus esfuerzos por conectarse con la gente. Realmente, fue un show abstemio para un "adiós México, jamás volveremos".



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