Steffie Beltt, una de las exponentes más jóvenes de blues y fusiones subyacentes en México, reventó el Lunario del Auditorio Nacional con un lleno total.
Después de varios meses de preparación, la cantante mexicana lanzó de forma oficial su segundo disco de estudio (tercero si contamos el disco tributo que grabó el año pasado, Lunes de Petición), llamado: En tu corazón. Siendo este el primer Lunario en la carrera de la compositora, el evento se desarrolló mediante una “alfombra roja” o lona negra por la que desfilaron algunas estrellas underground y activos de la Lucha Libre mexicana.
Pasadas las 21:00 horas, la velada inició con los veinte músicos en escena prometidos; la Big Band Blues, acompañando el opening de la magnífica voz de Nahieli, la oveja fresa de la familia, hermana de Steffie, interpretando rolas como: No soy el aire y El recuento de los daños, entre otras; causando una gran impresión entre la audiencia por su belleza, talento y candela.
Poco después, se sirvió el plato fuerte, tanto en las mesas de los asistentes, como en el escenario. Una vez proyectado el vídeoclip de No pares, Beltt apareció vistiendo un conjunto negro y una casaca brillante seduciendo al público desde los primero acordes, cantando el single que le da nombre a su álbum: En tu corazón. Al terminar, la interprete preguntó, mientras un teclado tocaba de fondo, unas notas con sonido tipo iglesia bautista: «¿Cómo suena un Lunario lleno?» — Recibiendo una floja ovación como respuesta, la Voz de Fuego replicó —: «Pensé que lo más difícil iba a ser la ropa, la encueradez, los zapatos, el saco de brillitos que se enreda en el pelo. Pero, lo más difícil es contener la ganas de llorar cuando suena así». Extendiendo sus manos hacia los espectadores, recibió una ovación más intensa. «Sólo les voy a pedir un favor, y el favor es, tal cual dice el video, sólo; “No paren de hacerme feliz”». Ahí fue cuando comenzó No pares, seguido por otras canciones nuevas como Siempre que te vas, En el momento, Te dedicó este blues o Si aprendí, donde Beltt realizó una especie de danza aérea con dos bailarines, cantando sobre el aro, en el cual, al girar tiró el transmisor con el cable. «Ellos son Pedra y Pablo… Raúl, el aro, la diadema y mis cables, gracias». Expresó Steffie llena de buen humor añadiendo que todo estaba fríamente calculado.
Algunos segundos adelante, Charly Montana, (El Vaquero Rockanrolero) fue presentado, quien al pisar el escenario con su rubia melena y saco rojo, fue recibido con las palabras: «¡Te ves un poquito amigo!». Entonces comenzó el palomazo con Borracha de recuerdos. Al concluir, Montana comentó: «Aplauso fuerte para la señorita Belt, la promesa más reciente para este país, esperemos que llegue muy lejos, mucha luz, mucha sabiduría para ella».
Acto seguido, muchas historias se contaron entre canciones donde la cantautora interactuó con su público, interpretando Pídemelo y Sólo amistad a dúo con Nahieli. Entonces, llegó el momento de tocar Luna de octubre, pero antes, se introdujo a Juan Hernández. (Juan Hernández y su banda de blues). «Fue el primer paso para estar aquí, step one, lo lanzamos hace más de tres años, en 2015, Luna de octubre con mis primeras 10 canciones originales que nadie conocía ni quería conocer. Pero bueno, aquí estamos, qué casual, y la primer canción...». — Entre murmullos y risas de la audiencia, Steffie insistió —: «Gracias gracias, no se preocupen en estorbarme cuando aplauden, no pasa nada, estorben, estorben». — Al finalizar una pequeña ovación —: «Decía yo, Luna de octubre, le dio nombre al disco porque bueno, su servidora nació el 1 de octubre, la luna más hermosa del año es la de octubre, y ya ¿no? Creo que eso era todo. Y lo convirtió en mi primer sencillo en “feat” para los milenials, osea, feat, conjunto, cantado con alguien. Entonces, Juan fue el primero que dijo: “Yo quiero cantar una canción tuya pero contigo y ponerla en mi spotify porque yo creo en ti”». — Entre aplausos, Hernández subió al escenario y contestó aquellas palabras previas de la Voz de Fuego —: «Me enamoré de su voz, me enamoré de sus letras y de su música, pero sobre todo, de su energía; porque quiere abrir una brecha en México para el blues, para que no quede estancado aquí sino que sea para todo el mundo».
En medio de ese momento especial, hubo cambio de vestuario y posteriormente, el show continuó con Y disparo, Ven, apágame.
Así que, Nahieli subió al escenario para presentar a quienes entregarían algunos reconocimientos para Steffie, a saber, Los Premios Gaviota cuyo galardón decía: "Por su brillante trayectoria como cantante y compositora México – Cubana, la poderosa voz de luz". Por su Parte, Banda Rockera le entregó dos reconocimientos en manos de Rolly Ramirez y Helen Destroyer como la “Mejor voz femenina 2018 - 2019”. Y, según ellos, el “Mejor disco 2018 - 2019”. Por si no fuese suficiente, le dieron también sus Alas de Gaviota a Nahieli "Por su destacada trayectoria como interprete mexicana del pop - latin, revelación musical 2018".
Emocionada la cantante, siguió dándolo todo en el escenario para lo que ella llamó: «El mejor público del pinche mundo». Sintiéndose orgullosamente mexicana, ejecutó un medley compuesto por temas conocidos, desde Llorona de Chavela Vargas, pasando por El Rey de Jose Alfredo Jimenez, Cielo Rojo de Juan Záizar, cantada por Luis Miguel (entre otros). Y Cucurrucucú Paloma de Tomás Méndez, canción conocida en la interpretación de Lola Beltrán. Todo aquello, acompañado por su voz junto a su vestimenta en color rojo y una iluminación del escenario emulando los colores de la bandera de México.
El show terminó con la versión instrumental de En tu corazón, tal como sucedió al principio, y en ese momento kodak, Nahieli invitó al escenario al C. Reyes Morales Mejía del SUTM - SUTME para que le dieran a Steffie la famosa patada de la buena suerte y algunos regalillos. Emocionada, ella dio gracias y enfatizó: «¡El blues merece ser escuchado!.
Finalmente todo concluyó a las 23:10 horas y esa fue la manera en que la Voz de Fuego, cantante y compositora demostró en vivo, cómo retoma con frescura el género blues; creando una amalgama con su poderosa voz y un sonido digeriblemente moderno.