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Hombres G en el Estadio GNP: Una noche de nostalgia, energía y grandes invitados.

Fotos por Lulú Urdapilleta
Fotos por Lulú Urdapilleta

El pasado 20 de abril de 2025, el Estadio GNP (antes Foro Sol) se convirtió en el epicentro de una noche cargada de emociones, recuerdos y sorpresas con el regreso de Hombres G a México. Una velada donde la banda española no solo reafirmó su estatus como íconos del pop-rock en español, sino que también ofreció un espectáculo técnicamente impresionante y emocionalmente cercano para sus miles de seguidores.


Desde el ingreso al estadio, el ambiente estaba cuidadosamente preparado. Un conteo regresivo proyectado en las pantallas centrales anunciaba el inicio del concierto, generando expectación desde los primeros minutos. Aunque inicialmente parecía que arrancarían a las 8:45 p. m., el cronómetro añadió cinco minutos extra tras llegar a cero, lo que desató una oleada de chiflidos por parte del público impaciente. Finalmente, a las 8:50 p. m., las luces se atenuaron y David Summers apareció al sonido del saxofón entonando México lindo y querido saludando con un efusivo: «¡Buenas noches, México!».


El escenario fue uno de los grandes protagonistas visuales de la noche. Con cuatro pantallas gigantes —dos a cada lado— mostrando tomas distintas, una marquesina horizontal en la parte superior que desplegaba títulos de canciones y gráficos temáticos. Cuatro pantallas medianas tras los músicos y otras cuatro pantallas medianas detrás de la consola de audio, la experiencia fue completamente inmersiva. Además, las nuevas ribbon boards del remodelado estadio también proyectaban imágenes, logrando una sincronía total entre música, video y luces.


Un detalle curioso fue la presencia de sillas en la zona General A, algo inusual en este tipo de espectáculos en ese recinto. Este gesto reveló una consideración especial hacia el público adulto que ha seguido a la banda desde los años ochenta: personas contemporáneas a los integrantes, muchos de ellos ya mayores de 60 años, pero con el corazón aún adolescente.


El setlist fue una mezcla infalible de éxitos y nostalgia:


  • Intro «México lindo y querido», seguido por:

  • México

  • Tengo una chica

  • Chica cocodrilo (con Aleks Syntek)

  • Una chica de bandera

  • Solo otra vez

  • Chico tienes que cuidarte

  • Si no te tengo a ti (con Ana Torroja)

  • Un par de palabras

  • Mis amigos

  • Dos imanes

  • ¿Qué soy yo para ti?


Fotos por Lulú Urdapilleta
Fotos por Lulú Urdapilleta

David Summers no tardó en agradecer el cariño del público mexicano, emocionado por tocar ante tanta gente. El primer gran momento de la noche llegó con la entrada de Aleks Syntek, quien compartió el escenario para cantar La chica cocodrilo, generando una ola de euforia. La química fue instantánea: no era un invitado impuesto, sino un cómplice bien recibido por todos.


Otra aparición destacada fue la de Ana Torroja, quien se unió para interpretar Si no te tengo a ti. Aunque su presencia fue celebrada, lamentablemente su voz casi no se escuchó. El micrófono falló, y fue David quien terminó por rescatar la interpretación, demostrando profesionalismo y compañerismo.


Fotos por Lulú Urdapilleta
Fotos por Lulú Urdapilleta

Más tarde llegó uno de los momentos visuales más potentes de la noche con Un par de palabras, acompañada de gráficos vibrantes en tonos naranjas, llenando las pantallas con textos en movimiento. El concierto se movía entre lo clásico y lo nuevo, incluyendo temas recientes como Qué soy yo para ti y Lo noto, aunque fue evidente que el público ansiaba volver a los himnos de siempre.


La primera gran ovación llegó cuando David Summers presentó una de sus canciones favoritas: Te quiero. Previo a interpretarla, expresó: «Ha llegado el momento más importante de la noche, al menos para mí. Esta es mi canción favorita de todos los tiempos. Siempre que tocamos esta canción es un momento muy, muy especial, y hoy muchísimo más porque vamos a estar acompañados de un artista maravilloso. Un tipo que no puede ser más grande como artista y como persona, sobre todo. Quiero pediros un aplauso enorme para recibir a mi hermano maravilloso: ¡Carlos Rivera!». El público rugió, y Carlos Rivera apareció entre vítores con su propio saludo: «¡Hola, México!».


Fotos por Lulú Urdapilleta
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  • Te quiero (con Carlos Rivera)

  • Indiana

  • Lawrence de Arabia

  • Nasao

  • Suéltate el pelo


Luego vinieron los grandes clásicos: Indiana, Lawrence de Arabia, Suéltate el pelo, todos recibidos con energía desbordada. En este punto, el show adquirió un tono súper festivo. Uno de los momentos más interactivos y entrañables fue Marta tiene un marcapasos. La banda proyectó la letra en la pantalla superior, generando un karaoke masivo. Incluso quienes no recordaban bien la letra se vieron arrastrados por la marea de voces. Fue un instante colectivo de catarsis pop, donde hasta los más serios baby boomers se dejaron llevar entre risas y coros al grito de «¡Marta tiene un marcapaaaassooos!».


  • Marta tiene un marcapasos

  • Voy a pasármelo bien

  • Temblando


Fotos por Lulú Urdapilleta
Fotos por Lulú Urdapilleta

Cuando llegó Voy a pasármelo bien, el estadio entero parecía una pista de baile. Pero como toda fiesta necesita sus pausas, David bajó las revoluciones y se sentó al piano para cantar Temblando. El estadio encendió sus luces, creando un ambiente íntimo y lleno de nostalgia.


Fotos por Lulú Urdapilleta
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Uno de los momentos más entrañables y sorpresivos vino cuando el baterista Javier Molina tomó el micrófono para cantar No te puedo besar, tema que interpretó con gran carisma, robándose el corazón del público. Acompañado de Dani Mezquita, guitarrista de Hombres G. Fue un momento de calidez, sin pretensiones, donde brilló la sencillez y el cariño por la música.


  • No te puedo besar (interpretado por Javier Molina)

  • Carretera

  • Venezia


Antes de esta última, David Summers presentó a la banda llamándolos «tíos maravillosos» y resaltando el talento de cada uno. En especial, mencionó a la sección de metales, quienes aportaron momentos brillantes en los solos de sax. Tras interpretar Carretera y Venezia, — el integrante de Café Tacvba imprimió su estilo único, en una colaboración que sorprendió y encantó con Visita nuestro bar. Finalmente, el cierre vino con el tema más esperado: Devuélveme a mi chica, desatando una explosión de energía y coros que sacudieron todo el recinto.


Fotos por Lulú Urdapilleta
Fotos por Lulú Urdapilleta

Ya hacia el final, David presentó uno a uno a los músicos y agradeció profundamente el esfuerzo de todo el equipo. Y por supuesto, cerraron con Devuélveme a mi chica, himno inmortal que hizo brincar a todos, sin excepción. Con una producción cuidada, invitados de lujo y un setlist que recorrió toda su historia, Hombres G demostró que no importa la edad cuando el corazón sigue cantando como adolescente. Fue una noche para recordar, para corear, y sobre todo, para confirmar que la música une generaciones.


En esta velada, Hombres G optaron por consentir a sus fans más antiguos, aquellos que se quedaron atrapados en la época dorada de los 80 y 90, y que aún ansían revivir esos momentos de pura energía punkie. Fue un homenaje a sus raíces, a esa esencia irrepetible que los catapultó al estrellato, y que sigue resonando en los corazones de aquellos que nunca dejaron de corear sus clásicos.


Fotos por Lulú Urdapilleta
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