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Oliver Jam / Contacto: @olyjam

Entrevista / Santo Mezcal / CDMX / México.

Hay una frase muy conocida y muy hablada; “Todo es posible en la vida”. Muchos las dicen pero pocos intentan comprobar su veracidad. Pero una realidad es que siempre tienes la posibilidad de comenzar una vez más, de generar algo distinto; de proponer e intentar aquello que te desfogue. Aquello que te provoque felicidad, eso que simplemente fluya en ti como ser creativo. Puede que seas un novato o que tengas una amplia trayectoria; y si todo es posible ¿Por qué no llevarlo a cabo?


Foto: Cortesía de la Banda.

«Arquitectos y artesanos de su música».

Ciertamente Santo Mezcal se ha lanzado a comprobarlo. Es una familia que empieza a unirse desde finales de 2003 con Hugo Álvarez (voz, guitarra), Raúl Calderón (guitarra), Omar Alcázar (bajo), y José Carlos Valente, el Obe (batería). Personajes básicamente autodidactas con algunos estudios de música como en el caso de Raúl, o el caso de Hugo quien compartió con nosotros cómo fueron sus inicios. «Mi padre era músico pero las partituras nunca las supe leer, hasta que ya estaba más avanzado. A uno no le importa eso hasta que sabes pa’qué sirven, pero este rollo de lo autodidacta nos dio en la inconsciencia; la libertad de experimentar. Con el tiempo, te sientas a estudiar, tomas solfeo, aprendes a leer y empiezas a entender algo de armonía, compras libros y sobre todo preguntas», —y agregó entusiasta—; «Poco a poco la banda ha afinado su sonido, después te vuelves maestro y terminas dándole clases a los metales; ha sido una padre faceta, pues hemos crecido juntos musicalmente».

Picando piedra y esparciendo sus brebajes musicales con sonidos que emergen desde el pop, el punk, guitarras distorsionadas y su fascinación por el funk, blues y gran respeto por el jazz, se les abrieron las puertas para tocar en múltiples foros desde Rockotitlán hasta el Festival Folclórico de Ibagué, la ciudad Meca del Folklore Colombiano. El grupo lanzó en 2006 su primer álbum homónimo, un puñado de canciones donde la banda aborda temas de vivencias y reflexiones del diario vivir. Con música sin metales, fusionando rock, guitarras distorsionadas ensambladas con percusiones y toques de ritmos latinos lanzando el videoclip de la rola, Y Si Encuentro.


En 2007 la banda se tomó un super receso, permitiendo a los integrantes realizar otros proyectos de su interés. Teniendo aun en mente el concepto latino, era necesario amalgamar una sección de metales a la banda así como nuevos miembros que se adhirieron paulatinamente a sus filas como fue el caso de Gustavo Vergara (sax), Mauricio Hernández (trombón) o Carlos Galicia en las percusiones mientras que otros dejaron el proyecto como el caso de Omar Alcázar generando un vaivén que se ha hecho costumbre entre los integrantes de la familia hasta la fecha. En 2011 sacaron el videoclip de la canción, La Muerte en 3D, animación aclamada en el Festival Pantalla de Cristal en la Ciudad de México. En 2012 Santo Mezcal regresó a la escena musical formalmente. Después de andar por ahí, en 2015 por fin Son de Marte ve la luz como su segundo disco, que los llevó a presentarse nuevamente en el FIVAC del Festival Internacional Cervantino en Guanajuato y en 2016 lanzaron el video de Son de Marte con grandes expectativas.



Ante estos datos, me inquietaba saber si ellos se veían así mismos como una agrupación exitosa. «Siento que la banda es exitosa» —dijo Raúl—, «hemos tenido una evolución entre el primero y segundo disco, una evolución bastante deseada y como se fueron integrando cada uno de los nuevos miembros. A pesar de que no somos una banda super conocida ni vendemos tantos discos ni tocamos en grandes conciertos; como músicos, sí lo siento exitoso». Por su parte Hugo aclaró respecto a la faceta creativa: «No me siento satisfecho, pero sí me siento contento. Obviamente siempre hay una crítica, cada día que pasa dices: “Híjole, pude haber… ¿y si lo hacemos así?”, pero somos una banda que suena bien, que tiene su propio sonido y más importante aún, creo que no debemos pelar al que nos dice que lo estamos haciendo mal porque alguna vez, el buen Enrique Guzmán dijo que tenía una caja enorme llena de papelitos con muchos consejos que no había pelado. Claro, tienes que escuchar, pero tú mismo tienes que decidir y buscar tu propia personalidad sin intentar ser fulanito banda porque te gusta o los admiras, intenta ser tú con tus aciertos y errores porque los habrá, pero eso también te define». Así mismo, Carlos enfatizó: «Tratamos de afinar muchas cosas, que engrane todo, que se oiga chido, nuestro propio estilo. Nos conjugamos bien, procuramos hacer las cosas de la mejor manera para que la gente se vaya contenta, a gusto y que diga: “esa banda toca chido no se oye a equis”. Le echamos ganas y lo disfrutamos porque esto es lo que nos gusta».

Una banda de éstas características llena de fusiones, con formas de ver las cosas tan distintas entre sí, también se enfrenta a diversos retos. «El principal obstáculo siempre es interno y no se trata de que tengamos limitaciones puesto que somos ocho personas creativas con preferencias musicales con un concepto de la banda propio y la ventaja es que aquí a nadie se le dice: “No”. Somos una banda de mucho ensayo y error, Ensayamos mucho y nos equivocamos un chorro. A veces alguien propone alguna idea; arreglo o estilo; hay canciones que estaban pensadas y estructuradas de cierta forma y alguien podría decir: ¿Cómo sonaría esto en swing? Como lo fue el caso de nuestra canción La Luna, la hicimos swing y suena muy bien. La forma de sortear los retos es poniéndonos flojitos y cooperando y probar todo, aunque no todo siempre queda bien como un arreglo de metales precioso que hice pero que sonaba a claxon», expresó Álvarez entre risas.

Esta visión ha logrado que el clan mezcalero cultive su sonido. Puesto que las ideas negativas no existen en su concepto y están abiertos, buscando que suene a los ocho y que suene muy bien. «Es algo complicado en sí mismo pero cada uno de nosotros es irrepetible en la historia y más aún, la fusión de los ocho da un resultado único con un concepto que aunque indefinido, es muy honesto», enfatizó orgulloso el músico.

Por otro lado, en los procesos creativos, se corren riesgos de auto citarse y crear rolas muy parecidas entre sí. «Sin duda, todos corremos con ese riesgo, el estar ensimismados con el mismo repertorio, es una condición normal el auto citarte. El compositor tiene un diálogo consigo mismo y sin querer pasa por tu cabeza una frase, una progresión de dos o tres acordes, y a veces ni te das cuenta pero tenemos un filtro que nos permite decirnos en el ensayo, “¿Oye güey, no te suena como a….? Pero nuestra vacuna, es que somos ocho, y cada quien tiene su estilo. Cuando alguien compone algo, yo ya sé quién lo hizo». Nos contó Raúl mientras batallaba con una fuerte gripa, también añadió que en su disco homónimo, él tenía una idea clara de cómo quería que sonara pero cuando la ensayaron, el resultado fue completamente distinto. Sin duda, el que sean varios miembros creativos evita que caer en algo feo o en la misma formulita.

Santo Mezcal es el resultado de una absoluta falta de prejuicios y de respeto hacia sus propias creaciones. Es decir, su música es meramente de tripas como expuso Hugo. Un sonido enriquecido con la intrínseca evolución del grupo sumándole la incorporación de nuevos miembros logrando una mejor versión de sí mismos con un objetivo semejante, tocar lo que les nazca del corazón. Esta pandilla que propone, el género “versátil original” tiene la capacidad de engendrar canciones de nu metal, pop electrónico progresivo y hasta una huaracha sin problemas de creatividad, haciéndola fluir, sin limitarse y en muchos casos sacando la sangre cumbianchera de Iztapalapa. «Al Obe le gusta la bachata y cosas del estilo y una rola que tocamos tiene como base el reggaetón y cuando el Obe nos llegó con eso, lo volteamos a ver así con cara de... “¿te cae gûey?”, y sí, la base es el reggaetón así que podemos ver lo aleatorio de los gustos de todos», reafirmó Calderón con una sonrisa.

Siendo una agrupación tan heterogénea, que puede tocar en cualquier festival internacional del género que sea, cualquiera pensaría que los conocen en todos lados pero, es una realidad disipada. «Estuvimos en el Alterno Cervantino el año pasado» —dijo el vocalista—, «la verdad, nos fue super bien, tanto así que el baterista casi se desmaya y la gente coreaba las canciones, y nos dijimos, ¿A qué hora y dónde se las aprendieron, carnales? Creo que debemos pasar de una exposición a algo más serio o más en serie y buscar alternancia con banda más reconocidas. Es decir, yo sí creo en Santo Mezcal, sino no tocaría aquí y lo que nos hace falta es que nos vean donde sea, sí, buscando a los medios y un mejor manejo de las redes sociales que son una maravilla. Pero me parece que todo es un paso a paso, no creo que exista una fórmula».

De hecho, Hugo resaltó que en una ocasión estaba charlando con el Sax (Eulalio Cervantes) de la Maldita Vecindad y le preguntó cómo le hicieron para lograr su éxito a lo cual mientras se encogía de hombros, simplemente dijo: “No sé”. «A mí me tocó ver cómo los bajaban a pedradas>>, —exclamó—, «los mismos empresarios eran muy ojaldras con ellos, les dejaban tocar pero solo les prestaban un micrófono y así se subían al escenario. Ya te imaginarás como se escuchaba eso. Así lo hicieron muchas veces hasta que llegaron a ser reconocidos». Por su parte Raúl manifestó: «La clave es, no desesperarse, es una carrera de resistencia y mucha paciencia, no llegan los mejores, sino los que aguantan, los que son más necios».


Foto: Cortesía de la Banda.

También declararon que sus respectivas parejas les apoyo mucho y es algo que realmente aprecian. «No debemos dejar de mover las piernas, en algún momento brincará y si no brinca también valió la pena, porque uno aprende a tocar porque te gusta y hacer lo que te gusta en la vida, ya es un privilegio, aunque no vivas de eso, hacerlo realmente te aliviana la vida, y la enriquece y, a los que te rodean. Sí deseamos ganar dinero, pero nuestro motivo verdaderamente es que no deseamos dejar de tocar y aunque alguno muera por ello, habrá valido la pena», finalizó bromeando el compositor.


Pese a las limitantes de tiempo, diversos planes y cambios en los elementos del conjunto, siguen trabajando en material nuevo, con shows y el objetivo de grabar un disco en vivo con los fans o su siguiente álbum de estudio. Se encuentran viajando por varias ciudades de México con su gira, Abriendo Brecha de la mano de una de las bandas más emblemáticas de nuestro país, Panteón Rococó. Familiarízate con Santo Mezcal escucha una de sus más recientes canciones: Explosión. Además, espera noticias en sus redes sociales para que llegues a disfrutar su show en vivo. «A tu salud, va éste Santo Mezcal».


Entérate en nuestra video entrevista sobre todo el proceso creativo de Son de Marte, los contrastes. sus puntos de vista sobre la fórmula secreta para el éxito y también, disfruta de su performance acústico desde la intimidad de su hogar.

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