La banda americana Thee Oh Sees ha lanzado su álbum de estudio número "11" titulado: A Weird Exits, integrada actualmente por John Dwyer (vocalista, guitarrista y teclista), Tim Hellman (bajista y guitarrista), Ryan Moutinho y Dan Rincon (ambos bateristas). Siendo Dwyer el único en formar parte del grupo desde su origen, en 1997.
Peculiar y fuera de lo común son algunas “características” de esta banda que ha visto pasar a once miembros distintos a través de sus filas. Cuenta con dos bateristas quienes tocan simultáneamente y ha parido en promedio un disco por año; haciéndolo, bajo tres nombres distintos. Cuatro discos como OCS (2003-2005), dos discos como The Oh Sees (2006-2007) y once discos como Thee Oh Sees (2008 a la fecha).
Desde su primer material lanzado en 2003, Thee Oh Sees (OCS), ha incursionado principalmente en géneros como el garage, rock psicodélico, punk e incluso el conocido noise rock mediante elementos musicales no convencionales y con una estructura musical aparentemente desligada de la armonía y el ritmo. A Weird Exits logra dar continuidad a su particular estilo a pesar de la gran cantidad de transformaciones que el grupo ha sufrido en sus 19 años de existencia. Con todo, conservan esa aparente y extraña sensación que trasmiten sus discos en vivo y que personalmente también, percibo en sus aclamados álbumes de estudio.
Éste reciente material está formado por ocho tracks llenos de distintos matices, iniciando con Dead Man's Gun bajo un ambiente de surf tranquilo. El segundo tema, Ticklish Warrior, un poco más agresivo, con cierta dosis de nostalgia pesada. Jammed Entrance es 100% instrumental, cuyas notas parecen salir de un robot o computador cósmico. En el cuarto y quinto track podemos disfrutar: Plastic Plant y Gelatinous Cube: Las voces y las letras regresan de manera discreta, con una deliberada intención de darle prioridad a la música. La sexta rola, Unwrap The Fiend Pt. 2, vuelve a ser 100% instrumental, con notas predominantemente lentas con ciertos fragmentos que se aceleran dando ciertas sensaciones, como si quisieran equilibrarse o recuperar cierto “tiempo perdido”. En la séptima canción, la más larga del álbum; Crawl Out From The Fall Out, dura casi ocho minutos y es dominada nuevamente por el sonido de instrumentos con voces escondidas en algunos puntos de la pista, otorgándonos notas obscuras. The Axis, última pieza que comienza con el sonido de una balada psicodélica, un órgano setentero y finaliza con un solo de guitarra interesantemente ahogado.
Tras escucharlo, notarán que en sus 38 minutos de duración el álbum ofrece distintos matices, notas dentro de un laberinto bien logrado. Me pregunto: ¿cómo puede ser que los cambios constantes en la estructura del grupo no se reflejen en su material nuevo? Tal vez se deba a su misma esencia y originalidad, teniendo como consecuencia: A Weird Exits. Puede ser que paradójicamente no sea algo innovador que esperar de ésta banda, pero al mismo tiempo es un álbum sólido y diferente, ya sea para darle continuidad a lo ya conocido o para comenzar a seguirles la pista.
